El carrusel de la Contratación y últimamente, el carrusel de la Salud son los temas de agenda de los medios masivos de comunicación. La corrupción es un asunto de moda y es que la vivimos, casi que cotidianamente, al menos a través de estos. Sin embargo, no hay una indignación de los colombianos frente a los “padres de la patria” y por nuestros servidores “públicos” que, con ganas de poner más pesos en sus bolsillos o en los de sus amigos, le roban al país. Aunque hay que considerar que no son sólo corruptos los de corbata.
La corrupción se ha visto presente en muchos ámbitos del día a día, si es que no son todos. Desde el campesino que acepta unos bultos de cemento y unas tejitas por votar por el candidato de turno a la alcaldía empieza este fenómeno que no es más que utilizar ciertas situaciones para el provecho económico o de otra índole, por parte de sus gestores. Por otro lado, la policía es la institución que con mayor frecuencia es denunciada por recibir sobornos según el barómetro global de la corrupción de 2010. Y es que no son pocos los que han pagado $20.000 o $50.000 consiguiendo que no se lleven sus vehículos a los patios o para no ser víctimas de los famosos partes, por esto terminan sobornando a los hombres de la fuerza pública.
Y, siguiendo con la lista, llegamos a los “encorbatados”. Altos funcionarios públicos que han desviado recursos del erario a sus cuentas o las de sus allegados. Caso especial, el de Agro Ingreso Seguro, y el de los Carruseles. Sólo en el de la Salud, se han calculado más de 24 mil millones de pesos apropiados por distintos funcionarios de nada más ni nada menos, del Ministerio de la Protección Social. Y, sin ir tan lejos, en la ciudad de Neiva, cuántos millones de pesos se “envolataron” luego de que, el gobierno anterior y actual permitieran el encargo de dineros de regalías a unas fiduciarias no aptas para hacerlo.
Casi que como una costumbre escuchamos este tipo de noticias y ya ni nos sorprende, es muy alto el grado de indiferencia. Colombia ostenta el penoso lugar 78, entre 178 países a nivel de corrupción (Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional), frenando la inversión significativa en sectores primordiales como la Educación y la Salud. Sin embargo a muchos parece no importarles. Este es un problema prioritario solo para el 2.9% de colombianos entrevistados por la organización Transparencia por Colombia en comparación al tema del desempleo que tiene un 20,7%.
Así pues, estando la corrupción en muchos niveles, es necesario establecer sus causas y más que eso, determinar quiénes son sus gestores y que se establezcan fórmulas para solucionar este flagelo que desangra nuestro patrimonio. No será en vano reflexionar acerca del papel que jugamos en este círculo vicioso y cómo haremos para pararlo.
PAULINA MARIA YAÑEZ VARGAS
www.paulinayanezvargas.wordpress.com
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