La televisión llegó a Colombia en 1954 como un servicio prestado directamente por el Estado. Su inauguración se llevó a cabo el 13 de Julio de ese mismo año, para celebrar el primer aniversario del Gobierno del General Gustavo Rojas Pinilla.
Al año siguiente se creó la Televisora Nacional, como organismo encargado del funcionamiento y operación del nuevo medio, y se autorizó a una empresa privada, proveniente de la radio, para emprender una incipiente labor de comercialización de espacios.
Para garantizar la libertad consagrada en la Constitución Política de fundar medios de comunicación, surgió la necesidad de crear un organismo encargado de dirigir, regular y controlar el servicio público de televisión. Ese organismo es hoy día la Comisión Nacional de Televisión.
¿Cuándo y por qué se creo la Comisión Nacional de Televisión?
Debido a la presencia de un servicio de televisión dominado estatalmente durante casi más de cuatro décadas, con sólo tres canales de televisión: Uno educativo y cultural, y dos de carácter público y cubrimiento nacional, y a la progresiva demanda del público colombiano por recibir mayores ofertas de entretenimiento e información, la Asamblea Nacional Constituyente ve la necesidad de plantear dentro de la reforma constitucional de 1991 , la creación de una entidad autónoma que tenga a su cargo la intervención estatal en el espectro electromagnético utilizado para el servicio de televisión.
El mandato constitucional lleva entonces al Gobierno Nacional, a presentar un Proyecto de Ley que propugne la creación de nuevos espacios, adopte una política que permita la privatización de la televisión y permita la fijación de mecanismos que garanticen el fortalecimiento de los canales públicos. Como resultado de ello, el Congreso de la República aprueba la Ley 182 de 1995, - modificada por la Ley 335 de 1996 -, y se crea formalmente el ente regulador de la televisión colombiana: “La Comisión Nacional de Televisión”.
Inquietud por los contenidos televisivos
La televisión ha sido objeto de estudio y preocupación por parte de un gran número de científicos sociales, políticos, educadores y padres. Una de las principales razones de este seguimiento social y científico se encuentra, sin duda, en los efectos que la programación violenta y libidinosa que puede estimular en los receptores.
Aunque no reconocemos que la televisión es un factor elemental e influenciable para la sociedad; nos dejamos llevar por su amplia gama de canales en donde nos podemos encontrar desde música, religión, deportes, dibujos animados, cine y entre otros. Los jóvenes son los mayores consumidores de televisión, desde que llegan del colegio hasta que su madre los mande a dormir, y si es que ya no han cogido el hábito del impulso promovido por la programación violenta de la televisora; esto ocasiona que el joven se vuelva inconsecuente con sus actos, adoptando en él un prototipo obtenido inconcientemente.
Supuestamente están formando a los adolescentes con esa clase de televisión, y la hacen llamar educativa. Hablo no por todos los canales de transmisión colombianos, porque algunos tienen ese elemento educativo como lo es el canal “Señal Colombia” y en ocasiones “Canal UNO”
La intención no es arremeter los medios, el fin de cuentas el problema no es el medio sino es el uso que se está dando al mostrar ciertos programas; la decadencia de los contenidos mediáticos que están influyendo fuertemente en las percepciones de la familia, la sociedad y sobre todo el rol que cumple las identidades en las personas que están en edad de formación del carácter.
Bajo estas circunstancias cabria preguntarse bajo quien recae la culpa de que los adolescentes consuman un alto nivel de televisión, y sobre todo el contenido que ellas presentan en los programas que se consume a diario.
En las agencias mediáticas existe una gran variedad de canales, lo que quiere decir que también existe cierta variedad de contenidos, bajo la Comisión Nacional de Televisión (CNTV) que no ha sido en estos momentos crítica con el control de la regulación de la programación televisiva. Y por eso, siempre nos preguntamos ¿Qué esta haciendo la CNTV por las audiencias? ¿Qué es lo que están calificando, el contenido o acaso las altas inversiones que de ellas devengan? Todas estas y muchas mas preguntas han resultado a partir de las influencias y el poco contenido educativo que surge de la televisión.
Resulta muy complicado cuando sabemos que el problema no es solo de la Comisión Nacional de Televisión, sino también del descuido y poco tiempo que dedica los padres a sus hijos. Así permitiendo un descontrol de tiempo en los jóvenes, dejando unos espacios libres para que el joven distribuya su espacio en lo que el mas cree conveniente.
Es así como muchos jóvenes, todos los días asumen la misma rutina cada día que sigue, frente a la cajita negra mágica, a la que llamamos televisor; esperando indicaciones que nos estarán dando todas las jornadas; de cómo vestirnos, como caminar, como debemos llevar el cabello, con que debemos cuidarlo, que tipo de amistades debemos tener y hasta que influencias políticas debemos seguir.
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