Si de pronto usted fue de esas personas que se crió escuchando radionovelas y recuerda alguna de ellas como por ejemplo a Caliman, un héroe urbano que al estilo Robin Hood mezclado son el civismo de Superman se enfrentaba a cuanto malhechor se dedicaba a hacer maldades a los ciudadanos de bien y que llegó a concentrar la audiencia entre a las cinco de la tarde y las seis en la década de 1970 en el enlace que hacia Todelar con otras emisoras a lo largo y ancho de Colombia.


Quizás sea usted hoy una persona de la tercera edad si se acuerda de ello, pero si también hizo parte de esa generación que apunta de escucharle las locuras y cuanto cuento se le atravesaba a su abuelo, abuela, papá o así fue el caso de su santa madrecita, entonces usted viene de esa cultura oral, usted viene siendo hoy como esa historia viviente, fuente de esa portentosa sabiduría y si a eso se sumamos que tiene nietos que sobrepasan la edad de púber, entonces usted ya es un “cucho” ó una “cucha” esa descripción de persona ya entradita en años aunque claro!, usted no lo quiera reconocer, pero el caso es que lo es. Pero también usted podría contestarle a esos “güambitos”, “güipas” o “chinos”, que sí!, que usted reconoce con honor que gracias a personas como usted es que se ha mantenido la sociedad, que gracias a usted y sus sabios consejos aprobado por la ardua experiencia puede hoy incluso “cascarle” y “enseñarle como es que se hacen hijos”.

A manera de round entre la juventud actual versus la generación ya pasadita de años, lograríamos rescatar, aunque radiquen diferencias bastantes grandes, similitudes y que una ha dependido de la otra de manera encadenada, es decir, ha sido la evolución y desarrollo de cada descendencia y otro factor determinante en esta receta que trataremos de preparar y probar que resultado se deduciría, han sido las modas y tendencias que prevalecieron en el pasado y que hoy se rescatan por pedazos o por temporadas y éstas llegan a tener auge en la misma manera en que sean aceptadas e integradas a la vida cotidiana. Si bien es cierto que para quienes hoy interactúan con el mundo cada vez mas comunicado, innovador, avanzado y moderno en pleno siglo XXI y acoplarse a los cambios repentinos, la misma sociedad notará que los y las jóvenes saben desde el funcionamiento de un teléfono móvil hasta como se opera una computadora.

En los tiempos de antaño cuando la televisión no era el centro de los hogares como ocurre hoy en día, predominaba los cuentos de terror, las paradojas de la vida acaecidas por los padres o por personas cercanas que a mitad de labor campesina se ponían a relatarlos, de donde se cree que tuvo sus inicios los adagios, refranes y frases populares para referirse de manera metafórica aun hecho, a una situación o la que estaba por devenir; se congregaban a eso de finalizar la hora de la cena y antes de ir a buscar la cama muy temprano para nosotros hoy en día, todos los integrantes de la familia que convivían bajo el mismo techo se sentaban para dejar volar la imaginación y ser atraídos por la forma natural de contar las historias, en ocasiones estas eran acompañadas por instrumentos musicales como la guitarra, la armónica.

También se puede incluir las creencias populares que fueron tomando fuerza en la cultura oral que predominaba y eran tiempos en que el analfabetismo era muy notable en las regiones campesinas, así que para darle trascendencia a todo esto que se relataba, se fue transfiriendo a través de generaciones que se encargaron de mantenerlo vivo, pero también a medida que este legado se compartía se fueron omitiendo hechos de relevancia y agregándole nuevos datos y parece que todo radicaba por quién lo contaba ya que se fue distorsionando el sentido original y se volvió en centro de atención, perdiendo el valor moral que en ellos se mantuvieron.

Viniendo hoy a tiempos modernos, la juventud se caracteriza por utilizar iconos que le son mas familiares a su entorno, así por ejemplo cuando se escucha: “camarón que se duerme…” mientras una persona le dice a la otra, lo cual esta responde: “se lo lleva la corriente” y es en ocasiones para referirse a las oportunidades de la vida, ó a darle mas provecho al tiempo; “el tiempo perdido hasta los santos lo lloran.”

La sociedad multimedial que es la caracteriza a la actual recoge de todo lo que percibe en imágenes y escucha, el papel fundamental que ha jugado el cine, la televisión, la Internet, los video clips entre muchos otros.

Así por ejemplo en tiempos de los padres y abuelos era muy común en las cantinas, bares o tabernas escuchar la música mientras se departía con amigos, en comparación a lo de hoy en día, se denota que en estos mismo lugares de mala muerte la proyección de videos musicales de artistas y agrupaciones musicales prima a la hora de ir a pasar un buen rato, incluso se han abierto espacios en la ciudades que se les llaman Karaoke, lugares donde se puede bailar mientras se lee y canta junto a la imagen del artista.

Se podría pensar que la cultura oral ha sido desplazada pero aun no ha muerto del todo, pues todavía es importante hablar, recrear y seguir comunicando para intercambiar expresiones; lo que ha sido reemplazado por iconos impuestos y acoplados que mas no faciliten, usamos los ejemplos de las canciones cuando le decimos a otra persona: “que no te suceda lo que le pasó a aquella mujer de la canción, que esperando se quedó con las manos vacías “.

Entre los mas mencionados refranes hoy en día podemos nombrar: “Dime con quién andas y te diré quién eres”; “el que peca y reza empata”; “hijo de tigre sale pintado”; “A quién madruga Dios le ayuda”; “Cada loco con su tema”; “Soldado advertido no muere en guerra”; “A otro perro con ese hueso”; “que sacan con mirar y no comer”; “mas perdida que el acuerdo humanitario”, etc.; y así podríamos engrosar un listado con los refranes que se continúan usando.

El legado que aportará esta generación a la que seguramente vendrá a reemplazar la actual dependerá como se construyan las sociedades del futuro y supondría que será mas por tacto que por imágenes y sonidos integrado a la que vivimos hoy, por que ni crea que esta será incombatible, todo cambia, así como lo hace la materia, es lo que quiero decir finalmente que “A buen entendedor pocas palabras”.