Pastrana quien era número uno en la terna es ingeniero agrícola, un académico ex-decano de la Facultad de Ingeniería. Él tiene entre sus objetivos reconstruir la Universidad en temas de implementación de planta física y avanzar hacía el desarrollo académico de alta calidad. Manifiesta que para manejar la crisis hay que tomar salidas concertadas con toda la comunidad académica.

El nuevo rector tiene en sus manos una ardua tarea para direccionar una Universidad en crisis. Los que votaron conscientes esperan que desarrolle su primordial objetivo, el que le apuesta a la alta calidad académica basado en la pertinencia para la región y el orden físico de la Universidad. Pero también se espera que administre la Universidad sin corrupción para que la saque de ese estado de ingobernabilidad en que se encuentra. Sin embargo el panorama no parece claro desde ya sea habla de demandas de los inconformes, de los que no llegaron porque la terna los eliminó y de los que nunca están de acuerdo. Demandas que tal vez tenga su asiento en intereses y en la necesidad de cambiar el mecanismo de terna que selecciona a los aspirantes. Resta esperar que el proceso no tenga trabas y que le nuevo rector elegido popularmente tenga la oportunidad de dirigir, ya que se enfrentó y ganó en las urnas.

Historia de lo que fue una feria…

Si bien el acto de la democracia es solmene, ya que está en rumbo los intereses colectivos, éste en el campo académico no debe seguir la dinámica del ambiente popular donde es toda una fiesta de propaganda política. En la academia este show del algarabía y fiesta no es el pertinente cuando se debe respirar conocimiento, y reinar el debate, los argumentos y el respeto.

En la jornada electoral la Universidad no parecía espacio académico, ni sus pasillos y menos sus salones podían confundirse con lugares de concentración académica, pero sí con un mercado político comparable con cualquier consulta popular para la representación pública en Colombia. No se respiraba debate, los argumentos se desvanecía por la innumerables voces del ¡vote por tal! ¿Ya voto?

Todo tenía más parecido a feria que consulta académica, un ambiente político popular se percibía, sólo faltó la papayera y el plato oficial de lechona que asegura los votos de algunos distraídos. Pero otro plato, finalmente de comida fue repartido, almuerzos obsequiados llenaban la conciencia que más tardé se inundaría y pondría a naufragar con el licor consumido para celebrar la victoria. Un hambre que los pagos de 15 y 20 mil pesos querían suplir, un apoyo que se necesitaba y una necesidad que por un día de trabajo aportaría a estar mejor.

Desde la entrada a los votantes los invadían miles de volantes y voces que decían “vote por tal”. Era un ingreso abrumador casi asfixiante, sin duda más que lograr sus objetivos de apoyo intimidaba. Metros más adelante la escena se repetía, esta vez más escalofriante, la especie de pregoneros se multiplicaban. Se hacían visibles voces con camisas blancas y distintivos que identificaban las campañas, ubicados en mesas adecuadas y con los volantes en la mano.

Seguían pasando papel cargado de letras que muchos estudiantes recibían, miraban y no leía, pero si botaban. Como toda feria la basura se hizo presente, en el piso únicamente había propuestas. Miles de volantes que costaron muchos dineros paraban a los suelos pisoteados, como si quisieran significar que la inversión en dinero termina aplastada y sucia sino es consecuente con el actuar.

Se acercaron a las urnas estudiantes con el desconocimiento de la propuesta, otro con alguna apatía y muchos otros que no conocían a los aspirantes, sino minutos antes de ver su fotografía en el plegable que tiraban al suelo. Votaron la gran mayoría quizás intimados, pero también acompañados hasta la entrada del coliseo por personajes de camisa blanca, como si la buena compañía perfilara el voto. Así culminó la elección con votaciones de mucho que no tenían claro que le convenía a la Universidad.

Culminó la jornada entre inconformismos de los que no veían propuestas claras e idóneas por eso promulgaban el voto en blanco o abstencionismo. Los desinformados que aún no sabía las propuesta que habían y los que apoyan de manera consciente a los aspirantes. Un día lleno de papeles pisoteados, distraídos pagos, acompañantes del recorrido hasta el lugar del voto, entre mesas que daban la sensación de entrar a un mercado persa donde se consigue papel al gusto, quizás para poder reciclar y hacer algo útil de ahí.

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