Internado en el Departamento del Caquetá, a tan solo 40 Kilómetros de Florencia, su capital, se encuentra Belén de los Andaquies. Un pueblo insignia del potencial audiovisual que poseen sus niños y pionero en el desarrollo cultural comunitario.“La practica se adelanto por problemas con la asignación de trasporte”… Fue lo primero que alcance a escuchar mientras cautelosamente empujaba la puerta del aula de clases para entrar, ignorando mi común retraso a la clase de Comunitaria. Contradiciendo mi ánimo de pasar algunos minutos mÁs de inadvertido, para evitar el reproche a mí impuntualidad, alcé la mano para protestar, pues para mi no era justo que contáramos con menos de 4 días para rebuscarnos el presupuesto necesario que cubriera los gastos del viaje… -“lo siento Fernando pero así es la vida y nos toca tratar de acomodarnos a lo que hay, o desistir del viaje… a propósito, la clase comenzó hace 15 minutos señor”- fue la respuesta de la maestra Rubí Lorena.
Inmediatamente sentí rabia por no haber contado con el tiempo suficiente para reunir el dinero. Fue ahí cuando rechace de manera tajante la posibilidad de viajar.
Así trascurrieron los días, entre la tristeza por desconocer lo que el Caquetá tenia por enseñarnos y el intento desesperado de mi novia por convencerme de viajar. Finalmente y como obra divina, la noche del 23 de Septiembre a eso de las 8:30 me dirigí donde una tía con la esperanza de que me prestara el dinero para viajar, y así fue. Que alivio. Inmediatamente después de recalcar las “gracias” una y otra vez, me fui para la casa. Tenia que preparar el equipaje, en 7 horas salía el bus que llevaría a mis compañeros del programa de Comunicación Social de la USCO al hermano departamento del Caquetá.
Viernes 24 de Septiembre, 3:30 AM.
La calle parecía muerta, no había el menor rastro de vida en la vía principal de mi barrio, y el reloj me acosaba cada ve mas con el pasar de los minutos. El viaje salía en media hora… solo en medio de la débil luz de la iluminaria pública, y con una gran maleta con mis pertenencias y mis ansias de conocer nuevas culturas busque nuevamente el reloj, ¡faltaban 10 minutos!... Por fin y nuevamente como por obra divina apareció un segundo salvador de mi practica académica, esta vez con vocación de taxista en un Renault 9.
Al llegar a las afueras del parqueadero principal de la universidad, después del viaje record de 10 minutos entre el vergel y mi destino, volví a la incerteza, no sabia si ya habían partido o me habían dado mal la hora de partida… fue entonces cuanto decidí esperar hasta que uno a uno llegaron mis compañeros y la profesora Ruby Lorena, quien me felicito por mi increíble puntualidad. Tanta preocupación para saber que finalmente partimos a las 5:15 Am.
Durante el viaje visitamos el municipio de Iquira y Guadalupe donde conocimos sus experiencias con los medios comunitarios, hasta que finalmente partimos rumbo a Florencia. Lastimosamente fue durante 45 minutos en promedio que conocí los hermosos paisajes de nuestra geografía del sur Huilense hasta que me venció el cansancio.
Me desperté entrando a Florencia, detallando la ciudad, y durante mi estadía confirme una vez mas que no hay que hacer caso de los estigmas del pasado, pues la Florencia que conocí tenía una imagen distinta a la turbia visión que los tiempos de la coca dejo en la mayoría de nosotros. Esa ciudad plagada de desorden, miseria, prostitución, drogadicción y violencia que describían en Neiva algunos amigos no apareció ante mis ojos.
No puedo estimar con certeza el tiempo que hay entre Florencia y el municipio de Belén de los Andaquies, creo que fue una hora y media, la verdad no se. Lo único que se es que se siente bien conocer el lugar donde inicia el pulmón del mundo, que hermosos paisajes, húmedos, llenos de verde, un verde vivo que nunca había visto, de palmeras raras con forma aplanada, juncos altísimos, cascadas y ríos deslumbrantes. Finalmente llegamos a belén y paramos frente a una institución rara, con un color azul y unos dibujos bastante “locos” como dirian en la universidad. Ésta era la escuela audiovisual infantil.
Iniciamos el recorrido después de recibir el saludo departe de varios niños, muy elocuentes por cierto. Y conocimos con asombro las sencillas instalaciones de la escuela mientras éramos testigos de las enormes habilidades argumentativas que poseían nuestros guías; el mayor de 12 años.
Periodista en formación que se respete no se despega de su cámara, su grabadora o su libreta. Muchas de mis compañeras no esperaron la oportunidad para “deleitarnos” con su “habilidad” para plasmar su recorrido en tan prestigiosa organización por medio de la fotografía; Durante ese despliegue desesperado por conseguir tomar varias fotos tuve un encuentro de sentimientos: por un lado vergüenza, al ver un grupo de 3 compañeras alejándose de la charla para tomarse fotos con una cámara pintada en la pared, con otra pintura de una corbata, con un árbol de plátano, detrás de una ventana de madera, subidas en una escalera, y hasta con un computador que tenían los niños en su sala de internet; mientras que aquellos pequeños hacían uso de una cámara profesional y buscaban afanosamente el ángulo, y el plano que mejor describiera la visita.!Que Alegría!
Es paradójico saber que aquellas personas que cuentan con la fortuna de estudiar comunicación en la universidad, y mas aun que vieron los 3 niveles de fotografía y producción de la imagen, supuestamente expertos en el análisis semiótico de la imagen, se estaban dejando dar “Sopa y Seco”, como popularmente se dice, por unos niños de no más de 10 años; quienes ven en el recurso audiovisual algo mas que mostrarnos junto a un objeto sin referente, para analizar las estéticas de la imagen y empezar por registrar una historia.
Me hice amigo de 2 niños en especial: de Oscar, con tan solo 6 años y Karla María de 10.
Ellos me profundizaron la historia de la escuela y me dieron la primicia de saber que pensaban de todo lo vivido:
Actualmente el proyecto de la EAI, (Escuela Audiovisual Infantil) cuenta con un promedio de 30 a 40 estudiantes, en edades que varían entre los 5 y 12 años; todos impulsados por la pasión de crear contenidos audiovisuales, utilizando su entorno, sus costumbres y saberes para crear historias, que contadas a través de la lente de sus cámaras, pretenden sembrar conocimiento y propagar el aprecio y el rescate de su cultura popular… esa misma que cada día va desapareciendo con nuestras acciones que evidencian la falta de sentido de pertenencia de algunos.
Alirio Gonzales, natal de Belén de los Andaquies, fue el responsable de soñar con un proyecto que vinculara a los niños, alejándolos del flagelo de la violencia que tanto dolor ha marcado en nuestra sociedad.
Inicialmente con una bicicleta que trasmitía contenido radial informativo, y educativo por las calles del pueblo, generado por sus niños; y después de muchos años de esfuerzo y gestión donde se integraron mas personas como Mariana García, lograron por fin captar la atención que nuestra nación nunca ofrece: una ONG de Barcelona España, llamada “TOMANDO CONCIENCIA” se sensibilizo del proyecto y decidió patrocinarlos. Fue así como lograron acceder a la planta física que hoy tienen, y con la cual han realizado su trabajo mundialmente reconocido con filmes culturales como: “Los oficios de mi Mama”, “Alice in Trompoland”, y “el Corrido del Gordo”.
Que entusiasmo el de estos niños… que alegría ver tanto talento junto.
Oscar, después de haberse ido corriendo a pedirle prestada una cámara a uno de mis compañeros volvió a decirme que cuando grande quiere cumplir muchos años para tener una cámara y crear una película por cada mes que pase, mientras que Karla María quiere ser directora de un proyecto igual de visionario para que todos los niños tengan la misma oportunidad que ella…
En general quieren más equipos pues todos son expertos en edición digital de archivos audiovisuales, y en el manejo de cámaras, pero tan solo tienen 3de ellas y 4 computadores; a pesar de esto, dan gracias pues han creado muchos contenidos de calidad, tánto que aunque muchos no lo sepan la EAI de Belén de los Andaquies es reconocida mundialmente por su calidad, y muy visitada por organizaciones internacionales.
Debemos empezar por reconocer nuestras potencialidades locales para luego apuntar nuestras miradas hacia lo global y ganar reconocimiento por cosas distintas a las operaciones militares, los problemas de corrupción y la violencia general que nos asfixia.
El sueño de belén esta en proceso, se están rescatando los principios culturales poniendo como base la educación y el interés por una comunidad entera. Este pequeño pueblo es ejemplo de conciencia y colectividad, el haberlo conocido marco mi vida, es un proceso que nos hace reflexionar sobre lo que tenemos y despreciamos o no hacemos… el viaje de regreso a Neiva fue corto. La ansiedad de contar lo que viví es grande, pero aun más grandes son las ganas de crear conciencia gracias al mejor de los ejemplos que como adultos podemos recibir: los niños y su forma de ver y soñar el mundo.
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