
El 27 de abril durante las horas de la noche un petardo de regular poder explotó cerca de las instalaciones de CAESCA y el colegio Utrahuilca dejando a un indigente muerto además de daños materiales, suceso cubierto por la radio y por medios como la Nación colocando titulares como ‘Otra explosión en Neiva’ en donde al igual que la población consideran estos hechos ‘pan de cada día’. La ciudadanía parece haberse ‘acostumbrado’, no se manifiesta en contra, no exige a sus gobernantes cambios en los esquemas de seguridad, no busca las causas de esta problemática, sigue pasiva, indolente, oyendo una tras una, noticias de atentados frustrados o concretados, oyendo cifras de muertos, heridos y pérdidas materiales como si nada pasara.
Según la Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional, Neiva es la ciudad con más damnificados en Colombia por atentados terroristas. La directora de la agencia para el Huila, Milena Oliveros, dijo que en el 2010 cerca de mil familias fueron golpeadas por el terrorismo. ¡Mil familias! Y si las cosas continúan como van, las cifras del 2011 bien podrían superar las del año pasado. Aun así los neivanos no muestran su inconformidad con que la sociedad civil esté en medio del conflicto; Gandhi dice: “Lo más atroz de las cosas malas es el silencio de la gente buena”, la actitud de “no me importa desde que no me afecte a mi” es un virus igual o más destructor que los artefactos explosivos.
Esta es una invitación a no dar la espalda a nuestros conciudadanos, a no ser cual Shakira: ‘ciega, sorda y muda’ sino por el contrario a demostrar que si se debe respetar a la sociedad civil, que Neiva no será más epicentro del terrorismo, lugar de tan trágicos acontecimientos porque la gente dice NO.
TANIA MEDINA
0 Response to "¿Qué hiere más: las bombas o la indiferencia?"